Nuestros sueños nos permiten vislumbrar el mundo espiritual que existe por encima de nuestro plano físico familiar y a menudo es donde nuestro yo espiritual aprende a dar sus primeros pasos.

Separado del cuerpo físico, nuestro yo espiritual no tiene impedimentos para recibir la sabiduría de nuestros guías espirituales.

Desgraciadamente, la vuelta a la consciencia cuando despertamos elimina gran parte de la claridad, y a menudo nos quedamos pensando: ¿Qué significa eso?

Pero los recuerdos permanecen, aunque no podamos acceder a ellos. Y es dentro de estos recuerdos, los recuerdos a los que sólo el yo espiritual tiene pleno acceso, donde podemos encontrar el origen de un fenómeno de lo más peculiar:

"Juraría que nos hemos visto antes".

Encuentro con el alma gemela

Esto se dice a menudo durante un encuentro entre almas gemelas. A menudo, tienen la clara sensación de haberse conocido antes, pero ninguno de los dos puede precisar dónde.

Al reflexionar, uno de los dos, o ambos, pueden darse cuenta de que ya se conocían, en un sueño.

Esto ocurre más a menudo con las almas gemelas, ya que son más fáciles de buscar en el plano espiritual que aquellas cuyas almas están más distantemente relacionadas.

De hecho, desde que nacemos, soñamos con las personas que forman nuestro grupo anímico, los parientes más cercanos de nuestra alma.

Se cree que este fenómeno no es más que una forma que tienen nuestros guías espirituales de asegurarse de que somos conscientes de ello cuando conocemos a un alma gemela.

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Añadir una dosis de lo insólito a una experiencia casi garantiza que dedicaremos algún tiempo a pensar en ella, acortando el tiempo que se tarda en pasar de alguien que no tiene almas gemelas en su vida a alguien que tiene al menos una.

Advertencias y avisos

A veces, la persona que conocemos en un sueño y que luego encontramos en la vida real no es un alma gemela, sino alguien que apenas influye en nuestra vida espiritual, pero que tiene el potencial de marcar una gran diferencia en nuestra vida personal.

Esta enorme diferencia puede ser buena o mala, y la naturaleza del sueño nos lo dirá.

Por ejemplo, si conocemos a un hombre en sueños y nos resulta amenazador o aterrador, y luego nos encontramos con él en la vida real, haríamos bien en evitar más encuentros con él.

Es probable que nuestros guías espirituales nos estén advirtiendo de que este hombre tiene malas intenciones o, lo que es más probable, de que nos causará dolor y miseria sin querer por el mero hecho de estar en nuestra vida.

Por otro lado, si este extraño del sueño es una presencia sanadora o nos rescata en el sueño, podemos estar razonablemente seguros de que esta persona va a hacer el bien por nosotros.

Nuestros guías espirituales nos están avisando de que merece la pena conocer a esa persona y, cuando nos encontremos con ella en la vida real, debemos esforzarnos por entablar una amistad.

Pero pase lo que pase, haz caso a tu intuición. Los sueños están bajo el dominio de nuestros guías espirituales y confiar en nuestros sentimientos sobre una persona de un sueño que aparece en nuestra vida real es siempre el mejor camino a seguir.